sábado, 28 de mayo de 2011

¿Qué se espera de Ollanta y Keiko: Desarrollo o Crecimiento?

Fuente: Los Andes

Escribe: Felipe Supo C. | Política - 22 may 2011


Tanto el desarrollo como el crecimiento son dos categorías sociales diferentes pero que tienen estricta relación; mientras que el primero es el fin supremo de la humanidad que toda sociedad busca como ideal, el segundo sólo se constituye como un medio “necesario” para alcanzar este propósito fundamental. Otros dirían el desarrollo supone CAMBIO y el crecimiento sólo CONTINUIDAD. Entonces, considerando estos postulados cabe responder las interrogantes ¿Los peruanos queremos desarrollo o sólo crecimiento? ¿Cuál de los dos candidatos nos ofrece desarrollo y crecimiento a través de sus planes y programas de gobierno?

En los países desarrollados los planes y programas de gobierno de los políticos como candidatos a la jefatura del Estado, se proponen básica y necesariamente en función a los planes de desarrollo que orientan su desarrollo viable y sostenible en el largo plazo y de ninguna manera estos propósitos políticos de estos candidatos pueden salirse de estos documentos de gestión estratégica que definen su visión y misión. En nuestro país, infortunadamente no existe este documento de gestión estratégica de largo plazo que oriente el derrotero de desarrollo de nuestro Estado peruano, a lo mucho existe “El Acuerdo Nacional” que genéricamente orienta las 37 líneas prioritarias en las cuales es necesario tener en cuenta alguna propuesta de plan o programa, que por cierto estos lineamientos tienen relación con los “Objetivos del Milenio”.

Revisando los planes de gobierno de cada uno de los candidatos, podemos señalar que “genéricamente” ambos tienen relación con los lineamientos del acuerdo nacional y los objetivos del milenio; sin embargo, haciendo un análisis más exhaustivo y detallado de los mismos en relación al desarrollo y crecimiento, podemos señalar lo siguiente:

1º.- MATOS, C. (1999), conocido como “El padre de la planificación estratégica”, señala: “…planifica quién gobierna…” que quiere decir que planifica quién tiene el Poder. Para nosotros es importante concebir que la primera herramienta procedimental y metodológico-técnico que se constituye para garantizar un desarrollo viable y sostenible para una sociedad es la planificación que debe ser promovido y ejecutado por el Estado; en nuestro caso por el jefe de Estado que tiene el Poder, con participación activa de todos sus actores sociales representativos. En el discurso y en los documentos políticos del candidato Ollanta se percibe esta intención, más no en la otra candidata.

2º.- Quién tiene el Poder es consciente que uno de los componentes del Estado es el marco jurídico expresado en la Constitución Política del Estado que fundamenta las normas legales para garantizar el orden y el bienestar de su población y la soberanía de su territorio conjuntamente con sus recursos naturales; a estos fundamentos jurídicos-legales se llama “Estado de Derecho”. Entonces, si una sociedad realmente quiere alcanzar un Estado de Derecho orientado al fin supremo de la humanidad -es decir al hombre- expresado en la satisfacción de sus necesidades básicas y espirituales como nivel y calidad de vida; lo primero que debe exigir es una Constitución que garantice estos derechos fundados en él y su territorio que debe proveerle estas necesidades. En nuestra sociedad peruana, la Constitución de 1993 elaborada por el gobierno de Fujimori no garantiza estos preceptos de lo que estamos hablando; por lo tanto es necesario REFORMAR y no sólo modificar nuestra Carta Magna. El posible gobierno de Ollanta podría garantizar la reforma (decimos “podría” por cuanto, a diferencia inicial de su plan, ahora suena a un discurso “tibio”), más el posible gobierno de Keiko si nos garantiza, pero sólo algunas modificatorias, que lo llamaríamos algunos “parches”.

3º.- En el debate para la primera vuelta no se ha tocado un aspecto medular para el desarrollo, que está en relación a la regionalización y descentralización que requiere ser retomado como una agenda de discusión en forma prioritaria e imperativa; que significa exigir competencias y atribuciones de autonomía administrativa, política, económica y financiera real y objetiva –no como lo que es hoy “declarativa”. Ollanta aunque tibiamente lo toca, Keiko ni siquiera lo menciona.

4º.- Como lo vienen sosteniendo nuestros economistas peruanos Javier Iguiñez, Adolfo Figueroa, PORTER, M. (2011) y PIZARRO, R. (2011), los indicadores económicos de nuestra sociedad peruana reflejan que somos uno de los países que más crece en América Latina. La macroeconomía anda bien, existe “chorreo” a doquier. Revela un reducido déficit fiscal, elevadas reservas internacionales, inflación baja y aumento de las inversiones. Pero sin embargo, el crecimiento sólo se basa en la exportación de materias primas, con “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil. Es decir, nuestro crecimiento no es producto de nuestra actividad productiva, que tiene escasa diversificación, salarios congelados, empleo precarizado y más de 60% de los trabajadores en la informalidad.
Los beneficios del crecimiento se han acumulado en una minoría. En cambio, la mayoría observa con desencanto que los frutos del trabajo rinden escasamente, mientras la educación y salud se muestran inservibles para los pobres y costosas para los sectores medios. Como lo señala Michael Porter la mayor parte de la inversión extranjera “no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes”… “Cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú” y finalmente a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad, el padecimiento de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. Este mismo estratega de la competitividad indica que las causas radican en que el Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad y que la economía peruana no tiene un rumbo definido. Nosotros diríamos a falta de voluntad política del quién tiene el Poder que no quiere planificar el desarrollo de nuestro país.
Entonces nuestro próximo jefe de Estado tiene que planificar en relación a la actividad productiva diversificada, competitiva e innovativa; para cuyo propósito debe apostar por la educación.

Si el país debe su crecimiento a la exportación de las materias sobre todo de los recursos mineros y energéticos es necesario redefinir los contratos con los “gestores” de la inversión extranjera trans y multinacional; es decir, reformular las reglas de juego en función al fin supremo de la humanidad peruana y el respeto a las entrañas de recursos naturales de nuestra soberanía nacional respetando a los pueblos originarios en función al convenio 169. En estos aspectos el plan de gobierno de Ollanta Humala orienta estos propósitos, más no de la señora Keiko Fujimori.

5º.- Querer lograr la actividad productiva diversificada, competitiva, de innovación y tecnológica significa invertir en la educación de carácter integral; es decir científica, tecnológica y humanista, cuyo resultado se debe constituir en un producto de carácter crítico con saberes y valores propios de cada uno de sus espacios regionales, macroregionales y nacionales, sin perder la percepción del entorno global. Esta accesibilidad a la educación debe ser inclusiva a partir del rol promotor del Estado basado en la educación pública. Donde se debe apostar por la generación del conocimiento a través de la investigación para ser parte relacional de la formación profesional en la función de la universidad peruana. Estas intenciones con mayor énfasis son proclamados en el discurso y planes de gobierno de “Gana Perú” que en “Fuerza 2011”.

6º.- En los aspectos sociales se debe apostar por la inclusión social, la equidad, la solidaridad, la reivindicación de la mujer como género más no como sexo femenino, en la dignidad del trabajo más no en la limosna y el asistencialismo, en el respeto de la identidad cultural basado en los preceptos de los saberes y valores andinos del Perú profundo que propicien una convivencia intercultural y no la búsqueda de una convivencia alienado y servil. Preceptos que incluyen en forma más clara y objetiva el discurso y planes de gobierno de Ollanta, que la forma más ambigua y subjetiva de Keiko.

En conclusión podemos señalar desde una percepción más académica, intelectual, racional, objetiva e imparcial; que el discurso y los planes de gobierno del candidato Ollanta Humala orientan a la posibilidad de un desarrollo para nuestro pueblo peruano. Decimos “posibilidad” porque según Carlos Matos una cosa es la “propuesta” de un plan y programa de gobierno en período electoral y otra es la implementación de la misma, luego de acceder al Poder. De ahí, decimos que de nosotros depende como “soberanos” que somos, elegir por un período de 05 años al próximo gobernante como jefe del Estado peruano.

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