lunes, 25 de abril de 2011

Tierras raras con discursos raros

Fuente: Los Andes


Escribe: Ana María Pino Jordán | Opinión - 28 feb 2011
El viernes pasado aparece la noticia, en Los Andes, que el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET), Organismo Público Descentralizado (OPD) del MEM, anuncia que en Puno, en la Cordillera Oriental (Aricoma, Limbani, Coasa y San Gabán), el país cuenta con reservas de tierras raras, asociadas a la presencia de Uranio, imprescindibles “para la industria aeronáutica así como en la fabricación de reactores nucleares, televisores, equipos de rayos X, dispositivos como la memoria USB, entre otros equipos y artefactos.” Termina la noticia con un discurso angelical por parte del geólogo que hace el anuncio: “es de esperar que el estudio de las tierras raras despierte pronto el interés de jóvenes profesionales vinculados a la geología, ingeniería química, ingeniería minera, ingeniería industrial, economía, administración de empresas.”

¿Será que a la gran inversión minera no les interese la explotación de tierras raras? Veamos un poco su mercado, teniendo en cuenta que ya que se los considera como los minerales del futuro, los que reemplazarán al uranio, el gas y el petróleo.

Actualmente, “China es el mayor productor y exportador de tierras raras del mundo, satisface más del 90 por ciento de la demanda de este recurso a nivel global y sus reservas representan un tercio del total mundial”. Según la misma fuente (Xinhua), “Las tierras raras son un recurso clave para la producción de componentes empleados en una amplia gama de productos de alta tecnología… pero su explotación es invasiva y puede dañar bosques, suelos y tierras de cultivo. También son perjudiciales para el medio ambiente los residuos desechados tras el proceso de extracción”, esta última razón la da el gobierno Chino para regular su explotación, evitando así la proliferación de la minería informal.

En este panorama, hay voces que están alertando sobre el que, China, el gran gigante asiático, podría convertir este recurso en arma económica y política. La preocupación mayor de este monopolio, es lógicamente de los principales consumidores: Japón, Europa (principalmente Alemania), Estados Unidos, Corea del Sur, India y la economía emergente de Brasil.
Otros países que cuentan con reservas de tierras raras son Australia, que está planeando competir con China de aquí a cinco años; Estados Unidos y otros países (India, el propio Brasil), que cancelaron su explotación porque no pudieron competir con China tanto en costo de producción como en protección del medio ambiente, pero que están replanteando su decisión; Sud África y Bolivia (que posee otro tercio de las reservas mundiales en el Salar de Oyuni).

¿Será que los gobernantes de nuestro país consideran de tercer orden la explotación de tierras raras, de interés sólo para nuevas carreras profesionales, cuando el mercado cree que son materias primas estratégicas, que reemplazarán en el futuro al uranio, el gas y el petróleo?.
Del gobierno, que aparece como el gran martillero de nuestro país, se lo puede esperar; pero, es imprescindible que, frente a este anuncio, el Gobierno Regional de Puno vaya poniendo “las barbas en remojo” y se interese por lo que podría significar un posible interés de la gran inversión por estos recursos, tanto social como geopolítica y económicamente. Vayamos buscando información de lo que está negociando Bolivia con sus reservas de Litio, de los intereses que podrían estar detrás de Brasil respecto a nuestra Región, de lo que significaría generar valor agregado de esta actividad en equilibrio con el medio ambiente y los posibles conflictos sociales que, de hecho, se podrían producir.

Finalmente, me asalta la pregunta ¿tendrán las tierras raras algo que ver con las crisis políticas de los principales productores de gas y petróleo (Libia, Arabia Saudita, Yemen)?

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